Bueno, dudo mucho que con esta camara oculta no os salten las lagrimas de la risa, a mi personalmente es una de mis favoritas y no por el gran paquete del que dispone el señor camarero sino por las caras que ponen las pobres victimas. Imaginaros que vais a un restaurante con una amiga y resulta que el camarero que os va a servir viste con unas mallas muy muy ajustadas y se le marca todo, pero el caso es que lo que se le marca tiene unas dimensiones un tanto exageradas.