En este divertido monólogo Dani Mateo se hace algunas preguntas fundamentales sobre la crisis económica que nos tiene bien cogidos desde hace algunos años. Bueno, más que la crisis, lo que le preocupa son las consecuencias de la misma, es decir, lo que se viene llamando últimamente «daños colaterales». Vamos, que si la crisis se va a acabar oficialmente según los analistas pero las consecuencias para la gente de la calle no se van a notar, sino que todo va a ser un erial, pues apaga y vámonos…
Y precisamente de eso habla Dani Mateo. Por ejemplo, de consecuencias reveladoras, como el descenso del consumo de cerveza en España. ¿Habrá señal más clara de que el apocalipsis se acerca a nuestro país que esa? Exacto, no la hay. Por eso, el monólogo acaba derivando (y delirando) sobre las consecuencias que habría tenido el devenir de la historia de España y de la humanidad entera si nunca hubiera existido la cerveza. Seguro que nunca te habías planteado lo importante que puede llegar a ser, al menos de la forma en que se argumenta en el monólogo. Es más, seguro que después de verlo te dan unas ganas irresistibles de abrirte una buena lata fresquita para calmar el calor de este agosto que se nos va (pero se nos va con saña y mucho sol, como debe ser).
Y para completar la sesión humorística de hoy, qué mejor que hacerlo con otro monólogo. Aunque ahora no hablamos de cerveza, sino de algo mucho más sagrado. De Dios, para entendernos. O mejor dicho, de la impresión que le puede causar a un niño pequeño la primera visita que tiene que hacer de forma obligada a un convento, cuando aún no sabe nada de la religión, ni de las monjas, ni del Espíritu Santo, ni de las llamas del infierno. ¿Te imaginas cuál puede ser el resultado en la mente del chaval? Pues eso mismo, confusión a mares y un cacao de conceptos abstractos que dan como resultado un divertido monólogo, un pelín irreverente, todo hay que decirlo. No recomendado para monjas de clausura ni seminaristas.