El coaching es uno de esos «palabros» anglosajones que están en boca de todos desde hace un tiempo, como si lleváramos toda la vida sabiendo lo que es eso. Y la verdad es que es un fenómeno cuya implantación en España es bastante reciente, aplicada sobre todo al ámbito empresarial. Ahora lo que se lleva es motivar a los directivos de las empresas para que no se estresen ni se depriman, a base de repetir frases motivacionales y de ayuda que parecen sacadas de un libro de Paulo Coelho o de Jorge Bucay. O al menos eso es lo que piensan algunas personas entre las que se encuentran los integrantes del equipo de Sinvergüenzas, que se disponen a reventar una sesión de coaching mediante la cámara oculta. Mientras dos de los humoristas fingen ser expertos en coaching, otros dos les van dando órdenes desde un pinganillo, diciéndoles los disparates que tienen que soltar por la boca. El resultado final no tiene ningún desperdicio porque es eso, uno disparate detrás de otro. Y el pobre público asistente a la sesión no cabe en sí de su asombro, pero intenta seguir la corriente como puede, pero con cara de «esto no puede estar pasando de verdad». Para partirse de la risa por momentos.
Y ya que estamos hablando de expresiones en inglés que hemos adoptado como si nada, ¿qué decís del product placement? Es decir, la práctica de colarte marcas comerciales en mitad de escenas de películas, series o programas de televisión sin que te des ni cuenta, como si estuvieran camufladas con naturalidad. Pues nuestro buen amigo Lou (ya es de la familia, aunque él no lo sepa) nos desgrana detalles nunca antes conocidos sobre esta modalidad de publicidad, que tan gloriosos momentos nos dio en su día en programas como Médico de Familia. Porque otra cosa no, pero esa familia estaba todo el día comiendo en la cocina, y con los cartones de zumo con el logo sospechosamente bien orientado hacia el espectador. Y eso solo por poner un ejemplo, pero los hay en todas partes y desde hace mucho tiempo.
