Venga, que lo prometido es deuda. Para compensar un poco el exceso de azúcar de ayer y que nadie nos acuse de blandengues (porque somos tipos duros como corsarios de taberna, bajo esta apariencia de ositos de peluche), hoy la cosa va de sustos, gore y cámara oculta terrorífica. En el primer vídeo podréis ver a un señor muy bajito con toda la apariencia de ser un niño que se ha perdido. Pobrecito, tan solo en mitad de la noche, con su sudadera y capucha, esperando quieto a que alguien se fije en él. El problema está en que cuando alguien fija su mirada en el bajito, éste suelta una risita maléfica y enseña el pedazo de cacho de cuchillo de carnicero que porta en sus manos. Y entonces el chavea deja de tener toda la gracia para convertirse de repente en un peligro para tu vida. Y entonces corres. Y maldices por lo bajini mientras pones pies en polvorosa, mientras te persigue el monstruito con el cuchillo en ristre. Pero no se lo tengáis en cuenta, que son cosas de la edad. Ya se le pasará la edad del pavo, y se pondrá a acuchillar otras cosas.

La segunda broma de hoy también es de miedo, al menos para el que la sufre (que el espectador poco tiene que temer). Y es una demostración de que si te encuentras algo de sopetón en medio de la calle, aunque sea un disparate, tú te lo crees igual y de asustas de la misma manera. Aunque sea un monstruo nazi mutante que parece recién salido de una película de serie B o de un comic underground de ciencia ficción, o de terror. Pero tú ves esa masa amorfa y extraña profiriendo gritos y lo último en lo que piensas es que te pueden estar grabando para salir en Youtube delante de todo el mundo. En casos así lo primero que haces es coger el petate, decir «pies, para qué os quiero» y salir pitando. Que las preguntas y las dudas ya vendrán después, pero con el pellejo siempre a salvo.

Consigue aquí tu cámara oculta y graba tus propios videos.
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