Estas son las típicas imágenes que hacen que tengas ganas de decirle a alguien: «¿Pero no te da vergüenza?» Supongo que algunas de estas personas sentirán un poquito de arrepentimiento si luego se ven en la tele, pero el caso es que en el momento son auténticos depredadores que no respetan a nada ni nadie con tal de atrapar su preciada presa: una pelota de béisbol. Aunque para ello haya poco menos que arrancársela de las manos a un niño y partirle el corazón. ¡Si es que hay adultos que en el fondo no son más que niños grandullones!