Este chistoso sketch muestra cómo se podrían comportar los seres humanos si fuésemos como nuestras mascotas. En apariencia no cambiarían muchas cosas: seguiríamos yendo al trabajo bien vestidos, conduciendo nuestros coches y haciendo nuestra rutina habitual. Pero tendríamos algunas pulgas que rascarnos, escupiríamos alguna bola de pelo que otra y otros detallitos por el estilo…